5 de
julio de 2013
A once
años de la masacre de Puente Pueyrredón el Estado continúa atacando a los que
no aceptan inermes la dominación y explotación capitalista. Una larga lista de
hechos evidencian lo que decimos: el Proyecto X asesinatos como el del maestro
Carlos Fuentealba en Neuquén y el joven Mariano Ferreyra en Buenos Aires. Los
arteros ataques a las asambleas de pobladores que resisten la minería en la
Rioja y Catamarca. A los pobladores Qom de Formosa y el Chaco que sufren el
permanente asedio policial y gubernamental. La Masacre de junio de 2002, que
asestó las balas mortales para Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, es un
hito en la escalada represiva que no se detiene hasta el presente. La
articulación represiva de Duhalde y los esbirros de la policía bonaerense buscó
desarmar la resistencia de los de abajo a sus siniestros planes. La matanza de
junio de 2002 se dio en medio de de un alza de acciones directas enfrentando al
Estado, el capital y sus gerentes-ejecutores; fue una forma brutal de
disciplinar a los que luchan. Este perverso accionar ha contado durantes estos
años con la complicidad judicial y de los diversos burócratas gubernamentales.
Los ataques y persecuciones a luchadores sociales no son hechos aislados sino
parte de un plan represivo que busca domesticar al proletariado y a los
oprimidos y explotados que no se resignan a la mansa obediencia. Desde la
Federación Obrera Regional Argentina (F.O.R.A.) afirmamos que no se trata solo
de no olvidar a nuestros hermanos hijos del pueblo asesinados por los esbirros
gubernamentales sino de impulsar las luchas solidarias de resistencia contra el
sistema del capital-mercancía. Articular todas las resistencias para dar las
luchas por la emancipación integral.
Federación
Obrera Regional Argentina
Junio de 2013