La plaza bastante poblada, el sol que ardía a más no poder. Comienzan a llegar los compañeros y con ellos los preparativos, casi simbólicos. De una mochila las banderas rojinegras salen de a una y parecen infinitas en su cantidad. Una se cuela que dice "¡Viva la revuelta popular en Grecia! El estado y el Capital ASESINAN" .Unos mates mas y a trabajar. El lugar elegido: El anfiteatro de la Plaza San Martín ( Mitre y San Lorenzo), un espacio prácticamente abandonado, frecuentado por aquellos que deseen escaparse de la vista colectiva; es profundo, con buena acústica y de grandes dimensiones. Un pequeño escenario apenas algunos centímetros elevado del suelo, es recorrido en sus cuatro esquinas por grandes maceteros que sostienen una imponente estructura metálica símil Partenón griego; pintado de blanco y oxidado por la lluvia. Allí las banderas anarquistas y otra negra de la F.O.R.A., fueron colgadas por los compás y algo de ingenio. Lo mismo la referente a la revuelta, que ondeaba justo en la entrada del círculo subterráneo a cielo abierto, a metros de la mesa de propaganda que los compas montaron para difundir. En semejante atmosfera, era inevitable imaginarse en la antigua Grecia.. El escenario estaba listo. A las 19hs era la convocatoria. 30 minutos mas tarde (y quizás algunos mas) la gente comenzó a llegar, tímida y de a poco; algunos con intenciones claras e interés, otros no tanto…Empezamos leyendo el texto que escribimos en la Soc. de Resistencia sobre la Revuelta, y ya las primeras opiniones y comentarios comenzaban a surgir. Algunos prefirieron escuchar más que opinar, otros se explayaron en su totalidad. Entre bebidas frescas recorriendo la ronda y sol en la cara, se leyó el texto escrito por los Movimientos para la Generalización de la Revuelta en Grecia, extenso que invita a la reflexión. La cosa iba mas relajada, los comentarios eran diversos y como toda charla flexible y sin libretos, se disparo para otros wines… pudimos rescatarla sin las gracias de ningún dios.
Se sumaron compas de otras sociedades de resistencia, otros sin mas se retiraron (el publico se reciclaba solo) y todo parecía ir redondeándose hacia el final: qué mejor, que leer el texto escrito por los compañeros y amigos de Alexis, el joven de 16 años asesinado por la bestialidad policial, cuasi poético, de increíble profundidad que eriza la piel. La noche que se hizo esperar, cayó junto con una pequeña brisa renovadora. Las palabras iban menguando satisfactoriamente, no éramos multitud, pero entre nosotros ya no existía el cerco de mentiras que los medios de comunicación imponen, teníamos información certera y la venda había volado de nuestros ojos. Ahora nuestra tarea es seguir cortando los alambrados mediáticos, para que este pueblo rebelde y lleno de esperanzas llegue a boca de todos y se transforme en más revueltas.
Por Rocio
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