miércoles, 7 de noviembre de 2012

LA LUCHA CONTINÚA

La empresa gráfica Ramón Chozas, ubicada en Barracas ha represaliados a dos trabajadores gráficos, Vanessa Zacarías y a Ramón Olalla, y lo ha hecho impulsado por la reaccionaria concepción de discriminación gremial e ideológica. Tanto la compañera Vanessa como el compañero Ramón son trabajadores y activistas gremiales, luchaban desde la convicción y la necesidad de la organizaci
ón del taller gráfico partiendo de la horizontalidad y promoviendo las asambleas como herramientas de debate colectivo entre todas las trabajadoras y trabajadores. Nunca los compañeros han ocultado sus concepciones gremiales, la que siempre ha practicado la Federación Obrera Regional Argentina.

Las palabras con que se han dirigido siempre a los compañeros trabajadores fueron sencillas y auténticas, propagando otra forma de hacer gremialismo diferente a la practicada por el sindicato gráfico en estos últimos tiempos. Vanessa y Ramón le han hablado a los trabajadores sin retóricas, han apelado a las capacidades organizativas de los mismos y han llevado al terreno de los hechos el debate y las propuestas para que entre todos encontraran los acuerdos necesarios para dar una lucha más equilibrada a esa patronal represora.

La Comisión Interna del taller, hace muy poco tiempo elegida, era más un conjunto de hombres adictos a las propuestas patronales que a la defensa de los intereses de los trabadores. Fueron en esta situación de conflicto deformadores y delatores de lo que expresaban y sentían sindicalmente los compañeros gráficos foristas. Conspiraron traicioneramente a favor de la empresa y denostaron a los compañeros activistas, calificándolos de pertenecer a un partido político, “san vinito” colgado de manera traicionera, como si fuese “sarna” de la más pura estirpe. En vez de defender a los trabajadores por su misma condición se dedicaron a crearles una aureola de politiqueros.

Frente a semejante siembra imperó el miedo entre los trabajadores, la más importante de las amenazas expuestas por la patronal y repetida por la Comisión Interna, es que si se hacía asamblea la empresa provocaría despidos en masa. ¿Cómo asimilar la traición? ¿Cómo combatirla, cuando el miedo se ha instalado en los trabajadores? ¿Cómo calificar semejante abyección?

La Federación Gráfica Bonaerense tendrá que expedirse al respecto, en primer lugar, porque no se debe dejar a la deriva a trabajadores represaliados y mucho menos de un gremio que fue en su pasado unos de los sindicatos combativos perseguido por las dictaduras. Es más compañeros de la F.O.R.A. han luchado junto a los gráficos combativos por un proyecto de liberación social, que se expresaban en todos los talleres, es por eso que hicimos nuestra las palabras de: “PREFERIMOS HONRA SIN SINDICATO, Y NO SINDICATO SIN HONRA” cuando las dictadura de Onganía de Videla asaltaban con las armas la sede sindical.

Nos extraña a los viejos libertarios del gremio gráfico que los sindicalistas de la F.G.B. no lleven en sus mentes y corazones la idea proclamada tantas veces por el compañero Raimundo Ongaro, que: “El verdadero Sindicato está en los talleres y no en una sede social”. Para nosotros, que hemos luchado juntos en aquellos tiempos, es tristemente un “sueño marchito”.

La F.O.R.A es una federación de trabajadores libremente asociados, a nadie le exigimos que piensen como nosotros, creemos en la fuerza moral de los ejemplos en la militancia obrera y apostamos siempre a la defensa de los trabajadores, piensen como piensen y sean de la ideología que sean, porque lo consideramos nuestros hermanos de clase. No vamos a abandonar esta lucha por un nuevo gremialismo y estamos dispuestos a confrontar nuestras ideas con otras, y que sean los trabajadores lo que elijan las mejores herramientas que les sirvan para las conquistas económicas y sociales. La F.O.R.A. habla y se expresa a través de los hechos que siempre estará concatenada a las palabras y el compromiso militante de hacer del gremialismo una organización de los trabajadores que decidan por sí mismo.

El saldo de esta lucha fue de compañeros despedidos y 4 detenidos por la prefectura, por hacer propaganda en los muros de la empresa, de denuncia a la patronal represora y a la Comisión Interna delatora y traidora. Más de 16 hora estuvieron detenidos nuestros compañeros en la comisaría 30 de Barracas y sólo la movilización y la solidaridad de la militancia forista sacó de las celdas a nuestros compañeros agitadores de una “buena nueva” que estamos dispuesto a proclamar y luchar por ello, que es la parición de una nueva forma de hacer gremialismo.

La lucha continúa y estamos decididos a estar siempre presentes en ellas, junto a los trabajadores.

Campi, activista gráfico y militante de la F.O.R.A