La lucha por el 30%
Es sabido que los docentes de capital federal tenemos uno de los salarios mas bajos del país (puesto 19 entre todas las provincias). Salarios magros e indignos que no reflejan la actividad que día a día llevamos en el aula cumpliendo tareas que van más allá de lo educativo. Los docentes trabajamos de padres, de madres, de asistentes sociales y de tantas otras cosas que a la hora de discutir salarios no es reconocido por el aparato estatal.
Como consecuencia de esta pauperización en nuestro salario es que los sindicatos docentes están exigiendo un aumento del 30%, lo que significaría que los $1900 que cobra un docente que recién empieza a trabajar ascenderían a $2500. Pero Bullrich y sus secuaces de traje y corbata ofrecen el vergonzoso aumento del 11% en marzo llegando al 20% recién en diciembre. Esto significa que el aumento se transformará en migajas de la mano de la inflación (o desajuste de precios como lo llaman la burguesa de Cristina Kirchner y su rebaño oficialista). Está claro que en estas condiciones las clases no comenzarán en las escuelas públicas. Mientras tanto, en las escuelas privadas comenzará ya que debido a una falta de organización gremial (sindicato hay pero su papel es inexistente: el SADOP) no existe la fuerza para hacer huelga, ya que en estas escuelas muchos docentes solo hablan del sindicalismo cuando hay aumento salarial.
El mismo tango de siempre
Pasado el tiempo los sindicatos que nuclean a los docentes de capital pudieron arreglar con el estado la mísera suma del 18% para marzo y un 8% en Julio. Si algo les quedaba a estos sindicatos carneros era vender su espectáculo de combate y terminar arreglando por lo que Macri quería. Es la especialidad de estos vender su circo cuando en realidad ya tenían, sus cúpulas, arreglado con anterioridad el porcentaje. El único que repudió el acuerdo firmado por la mayoría sindical y el gobierno de Macri es ADEMYS, el cual sostiene que el aumento debe ser del 30% y sin sumas en negro (como el actual lo hace). Cabe destacar que este sindicato es minoritario dentro del gremio docente y su poder de acción se ve reducido frente a grandes aparatos como la CeTera.
La invisibilidad del trabajo docente: por la jornada simple
Es hora de que los docentes despertemos y pongamos sobre el tapete, más allá de la discusión salarial a otra discusión olvidada por los sindicatos: la doble jornada.
Debemos luchar por un aumento salarial con el cual podamos dedicarnos con exclusividad a un solo turno. Hay que derribar el mito de que los docentes solo trabajamos 4hs. Una mentira ya aceptada por gran parte de la sociedad que desconoce todas las actividades que realizamos en nuestras casas y que no están contempladas en nuestro salario: corregir, planificar, capacitarnos, preparar material didáctico. Por eso es hora de organizarnos y alzar la voz que las cúpulas gremiales quieren hacer callar en las paritarias. No deleguemos nuestros problemas en otros, compañeros/as.